Un placer solitario que se disfruta en compañía
Los cinéfilos tienen una ética: el buen cine se disfruta en una sala oscura, compartiendo la experiencia con el resto del público, pero en silencio y admiración, con una completa inmersión sensorial y emocional. Además están los requisitos técnicos, que sea en versión original, que no haya ruidos u olores que distraigan... eso son minucias, pero nos gusta el Cine, con todas sus letras. En eso son el Cine y el Teatro hermanos (o padre e hijo, el parentesco es discutido), y Jean Genet decía cómo debía ser el acto de ir al teatro dejando la vida atrás y aceptando la entrada, casi religiosa, mística, a un mundo de ficción, por eso hay que IR AL CINE, y es una experiencia insustituible... e imposible estos días. Estudiar los carteles, los fotogramas de haberlos, hacer la cola y comprar la entrada, acomodarse ante la enorme pantalla y sentir el mundo hundirse en la oscuridad de la sala justo antes de que el haz de luz comience a proyectar. Es la misma sensación que cuando nos sumerg...